lunes, 11 de noviembre de 2013

La Música Colombiana!


Resulta todo un placer escuchar la música de nuestros abuelos, interpretada por este grupo en una de las callecitas de Usaquén, un domingo en la tarde.

Recordemos aquella composición de Rafael Godoy
"A mí tóqueme un Bambuco, Maestro, de esos que llegan al alma!"

jueves, 10 de octubre de 2013

Palabras de Gustavo Bolívar

Reproducción parcial de una columna escrita por Gustavo Bolívar en Las Dos Orillas.

Las infamias de Juan Manuel Santos, según Gustavo Bolívar

Santos le subió 8 millones de pesos mensuales a los Congresistas, pero es indiferente con los 14 millones de colombianos que deben vivir con $192.000 al mes. Su más grande infamia, según Gustavo Bolívar
Por: octubre 08, 2013
Las infamias de Juan Manuel Santos, según Gustavo Bolívar
LAS INFAMIAS DEL PODER
LLORA LA DIGNIDAD.
Hoy 8 de octubre, el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, cometió una gran infamia. Incrementó en 50% el salario de cerca de 2.000 altos funcionarios entre ellos congresistas, ministros y Jefes de organismos de control. Es decir, hizo pasar de 16 a 24 millones de pesos los sueldos de estos controvertidos personajes, y también el de ministros y altos dignatarios como el Procurador General de la Nación. Un gasto para la nación de 192.000.000.000 (Ciento noventa y dos mil millones al año) Lo que cuestan los semestres de 100 mil estudiantes de ese 88% que termina el bachillerato y se queda sin poder estudiar.
Duele. Duele mucho. No sé si les interese pero dan ganas de llorar por no confesar que he llorado. Más tratándose de un país con 14 Millones 700 mil pobres que según uno de los beneficiados con este incremento humillante, el Jefe de Planeación Nacional, tienen que vivir con 192 mil pesos al mes. Duele porque los pobres tienen que vivir con tan poquito pero los Congresistas, y ya nos lo había advertido el Senador Corzo, no pueden vivir con 16 millones de pesos. Tiene que ser con 24 millones al mes, fuera de “comisiones”. Duele porque de esos 192 mil pesitos el pobre tiene que pagar arriendo, servicios, educación para sus hijos comida, teléfonos, transporte. Duele porque de esos 24 millones el Congresista no tiene que pagar nada. Ni arriendo, ni transporte, ni teléfono, ni salud, ni servicios. Nada. Duele porque estos dizque “servidores públicos” se sirven de lo público, legislan para sus amigos poderosos, se enriquecen a costa del erario y nunca han hecho nada para solucionar los problemas de fondo que agobian al país que los elige. Duele. Duele porque a diario copan mis mensajes privados muchos jóvenes desesperados, pidiendo oportunidades para educarse o trabajar. Duele porque el Gobierno se abstiene de bajar los precios de la gasolina, los peajes, el IVA y de abolir el 4Xmil que prometió acabar en campaña, porque “No hay presupuesto”. Duele porque la lucha de los pocos indignados de este país vio una luz de esperanza en la demanda de Felipe Zuleta y posterior fallo del Consejo de Estado que les quitó la prima de vivienda y salud a los Congresistas y no pasó un mes para que el Gobierno, por decreto y contraviniendo el sentir de toda una nación, les devolviera esos privilegios. Da vergüenza. Da rabia. Entiende uno porqué hay gente que se inclina por la lucha armada, alternativa equivocada y retrógrada que nunca tomaré, pero que hoy más que nunca comprendo.
Para muchos, especialmente los indiferentes de mi país, esta es una noticia más, una estadística más, o quizá una noticia que nunca escucharán, inmersos como están en sus propios problemas y proyectos personales o en los de los de sus vecinos. Para mí es una noticia triste y miserable. Creo que, junto con Agro Ingreso Seguro, programa del Ministerio de Agricultura del gobierno pasado que regaló miles de millones a ricos, narcos, paras y terratenientes, esta es una de las más grandes infamias que se han cometido en mi país contra los menos favorecidos. Los estudiantes pobres, por ejemplo, para poderse educar deben pedir préstamos a ICETEX con intereses bancarios y hasta con dos fiadores. Los he visto afanaditos y angustiados buscando fiadores entre sus familiares pobres, que no son aptos para fiar, y entre los amigos que no fían a nadie por las experiencias que ya conocemos. Estudiantes de un país que regala plata a sus ricos pidiendo préstamos al Estado para poderse educar. Qué infamia. Y qué me dicen de los trabajadores y campesinos, los que empujan este país y que deben trabajar 48 horas a la semana y a veces más para devengar miserables 590 mil pesos. Es decir, un salario 40 veces inferior a los que hoy el Presidente Santos fijó para Congresistas y altos dignatarios. Ni un Congresista Americano gana 40 salarios mínimos. Ningún congresista del primer mundo, donde se supone está el dinero, gana 40 salarios mínimos. Qué infamia.
Ni siquiera si los congresistas cumplieran con su deber, este sería un acto justo. Pero como son irresponsables en su mayoría, ausentistas en su mayoría, vendidos en su mayoría, corruptos en su mayoría, vagos en su mayoría, porque solo trabajan 3 días a la semana, los que cumplen, porque el grueso de congresistas asiste solo dos veces y una de ellas firma y se va, este es un acto provocante, perturbador, insensato y raya en la maldad. Más cuando a los trabajadores de mi país cada diciembre se les humilla con alzas que rondan la miserableza. Porque según el Ministro de Hacienda de turno, otro que pasa a ganar 24 millones mensuales, elevar los salarios por encima de la inflación anual podría causar un desajuste de la economía. Sin embargo, esos ministros a los que hoy se les sube el salario en 50% no dirán que la medida que los benefició es inflacionaria. Por eso, la discusión en diciembre se centrará en si a los trabajadores se les suben 18 o 20 mil pesos (400 veces menos de lo que se les incrementó hoy a los Congresistas y Ministros) ¿Comprenden el tamaño de la infamia?

viernes, 5 de julio de 2013

Mónguí, Lindo Pueblito Boyacense

Pasear por el extenso departamento de Boyacá es prepararse para recibir una serie de sorpresas. Puedo afirmar con total seguridad que nunca se cansa uno de recorrer  y descubrir los pintorescos pueblitos boyacenses. He tenido la fortuna de observar desde hace muchos años cómo se ha despertado el espíritu de hospitalidad de los habitantes de estas hermosas tierras, cómo se vienen mejorando las carreteras, por ejemplo la vía que conduce desde Bogotá hasta Sogamoso podemos afirmar que es una de las mejores del país.
Por lo anterior,  resulta todo un gusto recorrer los doscientos veinte kilómetros que nos conducen hasta Mongui. Obviamente se recomienda hacer unas paradas para estirar las piernas y contemplar el paisaje, así como para consumir las deliciosas arepas boyacenses, o el envuelto de mazorca.
Desde Sogamoso hasta Mongui hay 18 kilómetros, subiendo desde los 2.500 hasta los 2.900 metros sobre el nivel del mar.  Llegar hasta su plaza principal es descubrir por qué ha sido declarado el Pueblito más lindo de Boyacá. Contemplar su pintoresca arquitectura colonial. Observar la imponente Basílica, construida por los Franciscanos, que podríamos llamar “El Escorial Boyacense” Ingresar al interior del Templo admirando el cuadro de la Sagrada Familia que contiene a la Virgen de Mongui, como se le conoce. Es de anotar que este cuadro fue regalado originalmente por el Rey de España Felipe II al Cacique de Sogamoso, mientras que al Cacique  Mongui le fue obsequiado un cuadro de San Martín. Pero por esas ironías del destino al llegar a su destino aparecieron trastocadas. En varias ocasiones se hizo el intercambio correspondiente, pero tercamente el cuadro de la Virgen aparecía en el Templo de Mongui. Así las cosas, se decidió amigablemente dejar en Sogamoso a San Martín y a la Virgen en Mongui.
Este hecho ha quedado registrado en la Picaresca Boyacense:
                “Llevaron a Sogamoso
                A la Virgen de Monguí
                Pero al descuido se vino
                Y ya no sale de aquí
                               Al San Martín de nosotros
                               Lo llevaron pá Monguí
                               Allá se cansó y se vino
                               A vivir mejor aquí”
Desde la Basílica hacia el sur, se encuentra la Capilla de San Antonio, primer templo Doctrinero que fue construido en la Región. Siguiendo por esa vía nos encontramos con un paraje absolutamente hermoso: El del Puente de Calicanto, sobre el río Morro. Lugar ideal para tomar fotografías desde todos los ángulos.
Posteriormente se debe disfrutar de un descanso y nada mejor que degustar un buen café. Aspirar su irresistible aroma, recargar baterías, “espantar el frío”. En Monguí se debe tomar el clásico “tinto campesino” de la región: café negro, al que le agregan canela y lo endulzan con panela.
No olvidar comprar algún balón ya que allí se producen para todo el país, y se exportan a otros países. Son de excelente calidad y a precios muy económicos.
Los doce grados de temperatura media de Monguí son compensados por la calidez de sus habitantes.
El origen del nombre de “Monguí”, se lo atribuyen a un vocablo indígena: “Mon” baño, y “Guí” esposa o compañera. Lo cual traduciría “Baño de la Esposa o Compañera”.  Realmente esa teoría no me convence. Propongo otra: En Barcelona se encuentra una pequeña montaña llamada “Montjuic”. Este nombre lo pudo haber propuesto algún Frayle Catalán llegado a estas lejanas tierras. Hoy en día Montjuic es uno de los grandes atractivos turísticos en Barcelona. Y Monguí también es uno de los mejores destinos turísticos de Boyacá.
Fotografías; Samuel Marín y Liliana Tobón



lunes, 25 de febrero de 2013

GUASCA Y LA PETITE ALSACE


Guasca  y Alsacia-

Un buen plan para un domingo en la Sabana de Bogotá

 

Alejarse del bullicio de la ciudad, de su aire contaminado, de los trancones, de los muros de ladrillo y cemento, del encierro y aglomeraciones de los centros comerciales. Buscar paisajes, tranquilidad, vegetación, y un buen restaurante….
La Petite Alsacia hay que descubrirla. Tiene un problema: crea adicción. Una vez que se conoce, se regresa una y otra vez.
Salir de Bogotá, por la vía a La Calera, se sigue hacia Guasca. Unos doscientos metros después del cruce hacia Guatavita, se encuentra este lugar, que no ostenta avisos, ni publicidad, salvo un par de banderas.
Desde su ingreso se respira  ambiente campesino. Construcciones rústicas de  madera, un buen número de cabras guardadas en sus corrales. Senderos empedrados. El visitante es recibido por una  hija de los dueños,  ataviada con un colorido delantal ,  quien con una sonrisa  da la bienvenida, ofrece una jarra de  cerveza artesanal, preparada por amigos de la casa, procede a explicar los diferentes platos de la carta.
La música a muy buen volumen,  permite conversar.
El restaurante es pequeño, por lo que se sugiere hacer reservación.
La comida es todo un espectáculo.
Una entrada de champiñones al ajillo, acompañados de tomates a la mozarela.
Una sopa de cebolla, preparada lentamente, permitiendo su caramelización integrándose con el sabor de la tocineta.
Una ensalada de la casa, acompañada de una serie de quesos artesanales
Los platos fuertes, como los de cerdo, acompañados de salsa miel mostaza, repollo morado y de papas rosti, los medallones de  carne Angus servidos en tres salsas, acompañados de pasta , papa o de un humeante arroz. Costillas  ahumadas en salsa agridulce. O el plato especial alsaciano: cerdo, salchicha, chucrut, papa.
De postres entre otros,  torta de naranja con amapola   y de chocolate acompañadas de una deliciosa crema.
El café, muy bien servido, o una aromática, con explosión de colores, rematan la estadía en este pintoresco restaurante.
El  Chef Gilbert  Staffelbach, llega a las mesas e indaga por el resultado de sus platos preocupado por la completa satisfacción del cliente, la cual es premiada con una cuenta razonable. Precios justos. Se debe tener en cuenta que no aceptan dinero plástico.
Completamente satisfechos, nada mejor que un recorrido por la población de Guasca, que permite  conversar con sus habitantes,  siempre amables. Los domingos exponen en unos toldos un surtido de productos  orgánicos, y algunas artesanías.
Durante el regreso mis acompañantes de esta aventura gastronómica, manifiestan su propósito de regresar a La Petite Alsace.

Fotografías de Adriana Chaparro, La Chappys
Manu y Sandra, gracias por su iniciativa.





lunes, 11 de febrero de 2013