sábado, 18 de agosto de 2012

Parque Pinzón, Tunja

Apuntes históricos sobre El Parque Pinzón de Tunja.- Caminando por las amplias calles de la ciudad de Tunja, entre la Plaza de Bolívar y la Iglesia de Las Nieves, se encuentra un pintoresco Parque conocido como el Parque Pinzón, en cuyo costado oriental se encuentra actualmente la Biblioteca Alfonso Patiño Roselli. Este sector pertenece al barrio conocido como Las Nieves. Pues bien, investigando un poco sobre el origen del nombre del parque, se llega al recuerdo del General Próspero Pinzón, quien naciera en la población de Hatoviejo que hoy se conoce como Villapinzón, en ese entonces formaba parte del Departamento de Boyacá. Por lo tanto, Próspero Pinzón nació y murió boyacense. De profundas convicciones conservadoras, le tocó vivir en una Colombia convulsionada por su eterna lucha entre los liberales y conservadores, que con frecuencia cambiaban de nombre o le agregaban nuevos matices como nacionalistas, radicales, republicanos, históricos, etc. En medio de ese clima de violencia que ha sido la constante en la historia de nuestra nación, Colombia elige a un anciano de 85 años, como Presidente, el jurista valluno Manuel Antonio Sanclemente, y a un poeta como Vicepresidente, Don Juan Manuel Marroquín. El Presidente, por problemas de salud que le impedían estar en Bogotá, prácticamente dejó el poder en manos del Vicepresidente. Sanclemente se establecía en las poblaciones de Anapoima, y en Villeta, con climas que le eran más soportables, mientras desde Bogotá despachaba Marroquín. Se presentan obvias diferencias en la dirección del Estado entre el Presidente Titular y el Vicepresidente, mientras el país se debatía en gravísimas guerras internas. Surgen líderes rebeldes como los Generales Rafael Uribe Uribe, Benjamín Herrera, Gabriel Vargas Santos, que pretenden arrebatar el poder a los conservadores. El Gobierno por su parte nombra como Jefe Militar al General Próspero Pinzón. Es así como se presenta la batalla más sangrienta en toda la historia de Colombia, la de Palonegro , Santander, que tuvo lugar entre el 11 y el 26 de mayo del año 1900, dejando en el campo de batalla un cifra superior a los ocho mil muertos, entre los dos bandos. En esta batalla cuentan algunos cronistas que participaron más de treinta mil hombres. Fueron "15 interminables días de matanzas. En una tierra reseca, árida. Los cadáveres se van amontonando y la putrefacción envenena el aire. No hay tiempo para recoger heridos, ni para enterrar los muertos, unos y otros confundidos en medio del hedor que enrarece el aire." Relataba el General Henrique Arboleda, adjunto de Pinzón. Gracias a la inteligencia, a la disciplina y a la rígida formación militar del General Pinzón, quien mantuvo en alto la moral de las tropas, todas las noches congregaba a sus hombres para rezar el rosario, transmitiéndoles la idea de que se trataba casi de una cruzada en defensa de la Religión Católica. Así se logró asegurar el triunfo para el Gobierno. Por la intensa duración de la batalla de Palonegro (15 días) permaneciendo al frente entre heridos y cuerpos de los soldados caídos en la lucha, el General Pinzón enfermó gravemente y falleció el primero de enero de 1901 en la ciudad de Bogotá. Por eso amigo caminante por los rincones de Tunja, cuando pases por el Parque Pinzón, recuerda estos pincelazos de la historia de nuestro país.


Colaboración fotográfica de Camilo Pieschacon G.
EMILIO CHAPARRO GONZÁLEZ, AGOSTO 2012

1 comentario:

  1. Qúe buena información! De paso se corrobora cómo la ideología conservadora ha imperado por estas tierras: el general rezaba el rosario mientras sus tropas se mataban con los liberales, y el triunfo mantuvo al gobierno de turno, ayudado por la divina providencia, por eso se le ha hecho el monumento y el Parque a este protohombre boyacense! Una muestra más de cómo las élites criollas han permanecido en el poder, mientras los sumisos e ignorantes copartidarios enceguecidos de fanatismo y moralidad siguen votando por ellos y llenando las iglesias. Es una lástima que no haya un monumento al Cercado del Zaque, que rememore el pasado indígena, más cercano al espíritu y cuerpo de la mayoría de quienes habitamos y recorremos estos territorios; tal vez sea la misma razón, se nos ha enseñado a odiarnos a nosotros mismos en pro de ideologías tanto religiosas como políticas, eso ayuda más al control que necesita el establecimiento.

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