Guasca y Alsacia-
Un buen plan para un domingo en la Sabana de Bogotá
Alejarse del bullicio de la ciudad, de su aire contaminado,
de los trancones, de los muros de ladrillo y cemento, del encierro y
aglomeraciones de los centros comerciales. Buscar paisajes, tranquilidad,
vegetación, y un buen restaurante….
La Petite Alsacia hay que descubrirla. Tiene un problema:
crea adicción. Una vez que se conoce, se regresa una y otra vez.
Salir de Bogotá, por la vía a La Calera, se sigue hacia
Guasca. Unos doscientos metros después del cruce hacia Guatavita, se encuentra
este lugar, que no ostenta avisos, ni publicidad, salvo un par de banderas.
Desde su ingreso se respira ambiente campesino. Construcciones rústicas de
madera, un buen número de cabras
guardadas en sus corrales. Senderos empedrados. El visitante es recibido por una hija de los dueños, ataviada con un colorido delantal , quien con una sonrisa da la bienvenida, ofrece una jarra de cerveza artesanal, preparada por amigos de la
casa, procede a explicar los diferentes platos de la carta.
La música a muy buen volumen, permite conversar.
La comida es todo un espectáculo.
Una entrada de champiñones al ajillo, acompañados de tomates
a la mozarela.
Una sopa de cebolla, preparada lentamente, permitiendo su
caramelización integrándose con el sabor de la tocineta.
Una ensalada de la casa, acompañada de una serie de quesos
artesanales
Los platos fuertes, como los de cerdo, acompañados de salsa
miel mostaza, repollo morado y de papas rosti, los medallones de carne Angus servidos en tres salsas, acompañados
de pasta , papa o de un humeante arroz. Costillas ahumadas en salsa agridulce. O el plato
especial alsaciano: cerdo, salchicha, chucrut, papa.
De postres entre otros, torta de naranja con amapola y de chocolate acompañadas de una deliciosa
crema.
El café, muy bien servido, o una aromática, con explosión de
colores, rematan la estadía en este pintoresco restaurante.


Durante el regreso mis acompañantes de esta aventura
gastronómica, manifiestan su propósito de regresar a La Petite Alsace.
Fotografías de Adriana Chaparro, La Chappys
Manu y Sandra, gracias por su iniciativa.
Fotografías de Adriana Chaparro, La Chappys
Manu y Sandra, gracias por su iniciativa.