jueves, 18 de febrero de 2010

LOS CUATRO SIBARITAS DE PASADENA


LOS SIBARITAS de PASADENA
Le huyen al estrés, le huyen al ruido infernal de la ciudad, buscan la sabiduría de lo elemental, sabedores que la vida es un instante y que ya han vivido lo suficiente, se han forjado el firme propósito de disfrutar cada momento, lejos de preocupaciones, dándose un respiro, creando un paréntesis a la rutina y desoyendo por minutos las recomendaciones médicas, se dedican cada quince días a elegir un buen restaurante, pedir los mejores platos, beber de los más añejos vinos, degustar un delicioso postre y terminar con un oloroso café.
Es un ritual, una ceremonia con mucho protocolo que se cumple religiosamente en forma quincenal. Se alejan de su barrio Pasadena y se dirigen a un pueblito sabanero, o a algún escondido restaurante francés en búsqueda de nuevas sensaciones gastronómicas.
En ocasiones a alguien se le olvida el sombrero. Lo hace con la firme intención de rehacer el camino y regresar, porque el estómago es curioso y se ha quedado un platillo sin probar.
Son cuatro los Sibaritas de Pasadena: Fernando, odontólogo que salió de su San Juan de Pasto para estudiar en Medellín y de allí atravesar el Inmenso Charco hasta la lejana Londres, continuando en Copenhague, Jorge, un ingeniero apasionado por el tema del agua, quien viniera de su natal Samacá para graduarse en Los Andes con las mejores notas, hacer una, dos y más especializaciones, dueño de su empresa, trabajador incansable. Su reloj marca días de 30 horas, con el fin de aprovechar mejor el tiempo. Jugó a político, siendo el primer alcalde electo en su pueblo natal, ahora mantiene buena parte de su tiempo ocupando sillas de los aviones que lo llevan desde los lugares más alejados del país, hasta Chicago o Nueva York. Pero nunca aplaza una cita con sus compañeros Sibaritas.
Francisco es otro Odontólogo, javeriano, finquero, gran amigo, de excelente gusto, sobresale su sencillez, ha abandonado su butaco de odontología para emprender actividades de constructor, desarrollando planes de vivienda de interés social.
Y por último, está el novato, el aprendiz , Emilio, quien escribe estas líneas como homenaje a sus grandes amigos sibaritas, de quienes aprende algo nuevo cada día.

1 comentario:

  1. Como observadora que he sido, el proceso de fortalecimiento de la amistad que viene creciendo en este selecto grupo de habitantes de Pasadena, estoy segura que nuestra comunidad podra contar con el orden, la seguridad y el embellecimiento del entorno, condiciones minimas que se requieren para vivir en armonia, saludos de una admiradora anonima.

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